Recuerdo los nervios que sentía, desde que presente el
examen de admisión, hasta recibir los resultados.
Los días pasaban y mi preocupación aumentaba cada vez más,
la escuela secundaria que yo había elegido era una de las más saturadas en mi
zona escolar.
Pensar que estaba compitiendo con miles de personas que
peleaban un mismo lugar, hacia que mis días transcurrieran agonizantemente, la
situación entre mis amigos de la primaria era muy parecida, todos estábamos muy
nerviosos.
La mayoría de mis amigos habían pedido secundarias
distintas, entre los más importantes en mi vida: Rodrigo pidió la Técnica 3;
Oscar, la Diurna 240; Elizabeth, la Técnica 6; Eduardo, la Diurna 83.
Me había preparado extraordinariamente bien para el examen
de admisión, pero al momento de publicar los resultados, estaba tan inseguro de
mi mismo, que quería salir corriendo y no saber nada de resultados. Sin otro
remedio, di mi nombre, me buscaron en lista y me dieron la respuesta tan
anhelada. ¡Había salido seleccionado!
El orgullo que mi familia sentía por mí, daba un sabor de
victoria, después de la angustia más larga que había vivido hasta ese momento
de mi vida. Ese mismo día, mi familia celebro mi victoria con un convivio
familiar. Fue un día de solo comer y no hacer otra cosa más. Primero me
llevaron a un restaurant, el cual hace un año nuevamente fuimos, y me sorprendí
al ver que su establecimiento es totalmente distinto al de esa vez.
Después de comer ahí, al llegar la tarde, fuimos ah cenar a
otro restaurant de tacos, el cual estaba sobre avenida Montevideo, después no
supimos hacia donde se cambio aquel restaurant.
El primer día de clases, nos dieron material y regalos para
animarnos como estudiantes de nuevo ingreso, fui conociendo a los maestros poco
a poco. A mí me confundían siempre con un “Correa”, mi apellido paterno casi
siempre lo confundían con otros que comenzaban con la letra c.
Los maestros eran tan únicos, que muy pocos eh olvidado. La
secundaria fue y será una de las mejores etapas de mi vida, desde mis
compañeros hasta mis profesores. Fue una etapa en donde, como típico
adolescente, descubrí y conocí tantas cosas tan especiales, las cuales marcaron
día a día mi vida, y puedo decir que gracias ah estas experiencias en la
secundaria, se forjo poco a poco la persona que hoy en día soy.
Amigos, maestros, prefectos, les agradezco infinitamente,
por haberme permitido vivir junto a ustedes esa bella experiencia, la cual
jamás olvidare.